Así funciona GH el reencuentro
Por fin se han decicido y ya saben qué hacer con los reencontraos ahora que la audiencia les ha dado el beneplácito. Resulta que nos vamos a ahorrar unos eurillos y desde internet (mira que me fio poco) podemos votar a nuestra pareja inmune. Los tres menos votados se verán expuestos a sus compañeros, que tendrán que decidir ¿en directo? cuál es la pareja expulsada. Raro se me hace que el programa no sepa quién se va hasta la misma noche, ¿van a preparar tres programas diferentes?.
Se juegue como se juegue, la fuerza de la casa ha tomado las riendas y en menos de una semana ha provocado muchas situaciones dignas de aplauso sonoro. La primera sorpresa fue la reconciliación de Arturo e indigna, aunque viendo cómo se van desarrollando los acontecimientos, es más que evidente que el plan venía preparado de fuera. Él ha reconocido que su intención es demostrar que puede tratar bien a una mujer para que la 1000A, entre otras, vean como les gotea el chichi a una intensidad que hace años no se producía, y ella tenía que darnos más dosis de confesionarios victimistas con lagrimones corriendo por ese careto lleno de granos... y pelos en la barba, que ya lo ha dicho Ainhoa (gracias, mil gracias por estar ahí, guapa), para poder meter en la saca otros eurillos.
Una vez cumplido el objetivo y demostrado que no saben hacer nada más juntos, lo mejor es que abandonen la casa (Arturo ya ha amenazado varias veces, espero que lo cumpla... cuento los días, quedan 6) o sean expulsados por sus compañeros que, como no puede ser de otra manera, les odian. Yo tampoco aguantaría a dos personas que hacen lo contrario de lo que dicen y que no se mueven de su cueva salvo para mear y llenar el buche.
En el otro lado (¿serán ahora los oscuros?) están cuatro parejas divertidas, ocurrentes, llenas de energía, con ganas de vivir la experiencia, llorar, gritar, reir, bailar, equivocarse y pedir perdón. Piero y Melania son los que más sombra hacen al pito duro y su piojo, aunque a mí no me termina de llenar su buen rollo constante. Prefiero la intensidad de los gritos de Bea o el humor oscuro de la Rakelo (y mira que la odié en su momento).
Pero si alguien se merece mi aplauso continuado es Ainhoa. Ha vuelto la bestia, ha vuelto la ganadora de ganadoras, ha vuelto la tía más directa y sensata que jamás ha pasado por Guadalix. Su capacidad para reiniciar la relación con Nico es digna de mención y su capacidad crítica unida a un sentido del humor ácido me conquista con cada guiño de ojos. ¡¡ Está tremenda !!. Lamentablemente el público no lo verá así, y corre riesgo de ser la primera expulsada, pero el mero hecho de haberla tenido otra vez en mi tele, ya ha merecido la pena.
Se juegue como se juegue, la fuerza de la casa ha tomado las riendas y en menos de una semana ha provocado muchas situaciones dignas de aplauso sonoro. La primera sorpresa fue la reconciliación de Arturo e indigna, aunque viendo cómo se van desarrollando los acontecimientos, es más que evidente que el plan venía preparado de fuera. Él ha reconocido que su intención es demostrar que puede tratar bien a una mujer para que la 1000A, entre otras, vean como les gotea el chichi a una intensidad que hace años no se producía, y ella tenía que darnos más dosis de confesionarios victimistas con lagrimones corriendo por ese careto lleno de granos... y pelos en la barba, que ya lo ha dicho Ainhoa (gracias, mil gracias por estar ahí, guapa), para poder meter en la saca otros eurillos.
Una vez cumplido el objetivo y demostrado que no saben hacer nada más juntos, lo mejor es que abandonen la casa (Arturo ya ha amenazado varias veces, espero que lo cumpla... cuento los días, quedan 6) o sean expulsados por sus compañeros que, como no puede ser de otra manera, les odian. Yo tampoco aguantaría a dos personas que hacen lo contrario de lo que dicen y que no se mueven de su cueva salvo para mear y llenar el buche.
En el otro lado (¿serán ahora los oscuros?) están cuatro parejas divertidas, ocurrentes, llenas de energía, con ganas de vivir la experiencia, llorar, gritar, reir, bailar, equivocarse y pedir perdón. Piero y Melania son los que más sombra hacen al pito duro y su piojo, aunque a mí no me termina de llenar su buen rollo constante. Prefiero la intensidad de los gritos de Bea o el humor oscuro de la Rakelo (y mira que la odié en su momento).
Pero si alguien se merece mi aplauso continuado es Ainhoa. Ha vuelto la bestia, ha vuelto la ganadora de ganadoras, ha vuelto la tía más directa y sensata que jamás ha pasado por Guadalix. Su capacidad para reiniciar la relación con Nico es digna de mención y su capacidad crítica unida a un sentido del humor ácido me conquista con cada guiño de ojos. ¡¡ Está tremenda !!. Lamentablemente el público no lo verá así, y corre riesgo de ser la primera expulsada, pero el mero hecho de haberla tenido otra vez en mi tele, ya ha merecido la pena.
10 de febrero de 2010, 3:58
El sistema de votación y expulsión se presta a todas los apaños posibles, desde votar en masa en la web (no me creo que la gente realmente no quisiera seguir viendo a Raquel y Noemí pelearse y sin embargo quieran seguir viendo a Melania y Piero) hasta echar a los compañeros que no te gustan o son rivales, o poder fastidiar a tu pareja pidiendo la expulsión. Imagino que si finalmente dura el formato, irán puliendo cosas como esa.
No me gustó de anoche la entrada masiva de GH7. Pepe está más personaje de zarzuela que nunca, a Raquel, la pobre, la han engañado con las cirugías estéticas y las otras dos son de frenopático. Pero reconozco que lo vi a medias na más. Como la película Nine, me atrae más la idea de juntar a toda esta gente que luego la ejecución de la idea, la verdad.
10 de febrero de 2010, 7:18
Es cierto que se pasaron con tanto GH 7 y que Inma y la marquesa no me aportan absolutamente nada... Eso sí, puestos a votar en masa ya estoy renovando mi IP cada 3 minutos para apoyar a mi jaca.